La magia de las flores secas: un proceso laborioso que vale la pena
La magia de las flores secas: un proceso laborioso que revela una belleza duradera
En un mundo donde todo sucede tan rápido, las flores secas se han convertido en un verdadero símbolo de belleza serena. Aportan encanto, delicadeza y un toque natural a cualquier espacio. Pero pocas personas imaginan cuánto trabajo implica cada flor bien conservada en forma tridimensional.
El arte del secado por volumen
No hacemos herbarios: conservamos flores con sus volúmenes naturales, sus pétalos ligeros y sus formas originales. Para ello, cada tipo de flor requiere un método específico: algunas se cuelgan boca abajo en un lugar oscuro y aireado; otros se colocan en recipientes con arena o sílice para mantener la forma y el color.
El proceso puede durar desde unos días hasta varias semanas y requiere un seguimiento constante. La humedad excesiva puede arruinar la flor, mientras que un ambiente demasiado seco puede deshidratarla agresivamente. Es un trabajo delicado, artesanal, realizado con experiencia, paciencia y mucho amor.
Un resultado emocionante
Ver una vela decorada con lavanda, rosas o flores silvestres secas es comprender que todo el esfuerzo valió la pena. Las flores secas no se marchitan: permanecen con nosotros, aportando calma, poesía y belleza duradera al entorno.
De la naturaleza a tu hogar
En nuestro estudio, recogemos algunas flores a mano, en los campos y en las costas de Portugal. Secamos con cuidado, elegimos con atención y combinamos con sensibilidad para crear piezas únicas. Nuestra misión: dar nueva vida a la belleza de la naturaleza.
Porque la artesanía no es sólo cuestión de apariencia. Es camino, cuidado y alma.